Aunque no me fue posible asistir a su inauguración, tenía vivo interés por visitar esta singular exposición colectiva en el estudio del artista, pintor y profesor artístico Pablo de Lillo. En un muy espacioso y bien iluminado estudio, con sus compartimentos para exposición, gestión y docencia reúne muchas cualidades para sentirse a gusto en su interior, sensación que comienza por la atenta figura del artista polifacético.
Pablo tiene una múltiple formación superior como muchos saben que aúna a su gusto por la cultura global, un deseo de sobrepasar los estrechos cajones o burbujas simbólicos en los que se supone que se desarrollan estas actividades. Consecuente con ello, juega con el pasado y el presente al reunir dos cosas evidentes. Por un lado, la exposición que ocupa la pared completa y aún encuentra hueco para alguna obra retardada si se presenta, forma «a francobolli» o sellos de correos, como se suele denominar en museografía y que procede de los antiguos y primeros gabinetes de arte, para presumir ante muy selectas minorías. Por otra, los contenidos, puesto que en los cincuenta artistas que figuran en el catálogo hay una disparidad bienvenida. No llamaría yo ecléctica esta selección sino plural, abierta a posibilidades muy de algunas corrientes participativas actuales. Lo cualitativo formalmente, la obra elaborada de firma conocida se ubica junto con la de aficionados y estudiantes de plástica y además se invita a participar a quien tenga algo que aportar. Por otro lado, Pablo de Lillo se mueve en circuitos de arte habituales y también posmodernos, buscando participar en proyectos internacionales con los resultados de sus talleres a cuestas en búsqueda de la proyección de su taller.
Una ocasión especial para visitar este estudio, en esta exposición muy «puertas abiertas». Con nuestros mayores deseos de éxito para este importante y vocacional resistente de la prácticas visuales en Asturias.
Desde el 30 de marzo y hasta el 27 de mayo de 2023 en Estudio Pablo de Lillo (Oviedo).