Comisariada por Laura Gutiérrez y expuesta hasta el próximo 4 de junio en la capilla del Museo Barjola de Gijón, se encuentra «A tierra. Nacida de una roca«, de la madrileña afincada en Helsinki, Inma Herrera (Madrid, 1986).
«A tierra. Nacida de una roca» nos conecta con el origen de la tierra, en la necesidad humana de la exploración de la oscuridad con la intención de descifrar las leyes que rigen la transformación de la materia; con lo oscuro como forma de búsqueda de entrada y salida, de luz entre la tiniebla, como umbral que nos lleva hacia lo desconocido. Porque el mundo subterráneo es enigmático, emocionante, misterioso, atractivo y peligroso.
Creadora con un lenguaje muy personal, Inma Herrera concentra en cada pieza historias ocultas que hablan de fuerzas telúricas que, dejando rastros de fosforescencias y color, se hacen visibles para los que buscan entrar a las profundidades de historias no narradas, y que se mueven por pasadizos entre tiempos remotos y distantes.
Esta muestra comparte ubicación y coincide temporalmente con otras dos exposiciones-instalaciones de las que ya nos hicimos eco, «Un día inolvidable» y «De vidrio y lodo«, lo que hacen del mencionado museo gijonés estos días una visita muy interesante.