La riqueza cultural de España se manifiesta de manera vibrante a través de su diversidad de danzas folklóricas. Mientras algunos bailes regionales han mantenido sus formas tradicionales, otros han evolucionado, incorporando cambios técnicos para adaptarse a contextos cambiantes y mejorar la calidad de sus presentaciones.
En este fascinante mundo de danzas populares, algunos bailes regionales han optado por preservar su autenticidad, desafiando los filtros del perfeccionamiento técnico. No obstante, otros han tomado un camino diferente al integrarse en la denominada Danza Estilizada. Este género ha aportado técnicas y un lenguaje estético más teatral, siendo particularmente bien recibido por los estratos sociales más altos.
Un capítulo importante en esta evolución es la creación de la escuela bolera en los siglos XVIII y XIX. Esta corriente contribuyó significativamente al refinamiento de las danzas populares, llevándolas a los escenarios y dotándolas de una estética más elaborada.
Durante la época franquista, el folklore y la escuela bolera experimentaron un auge, vinculados a un intento de establecer una identidad cultural alineada con las ideologías del régimen. Sin embargo, durante la transición española, esta asociación político-cultural se convirtió en un tema tabú que debía ser revisado y renovado para reflejar la nueva realidad sociocultural.
En este contexto, la reciente conferencia de Cristina Cazorla ha resultado reveladora y necesaria. Cristina, una bailarina de última generación con un enfoque vanguardista, ha decidido mirar hacia atrás, recoger el guante y renovar la esencia de la danza folklórica sin perder su autenticidad. Su trabajo, expuesto con maestría en Postigo Abierto, destaca por su cercanía, audacia y virtuosismo.
Cristina Cazorla no está sola en esta tarea de devolver a la tradición su lugar, pero destaca como la persona idónea para hacerlo. Su contribución, combinada con el espacio proporcionado por Postigo Abierto, ha permitido arrojar luz sobre la esencia de su trabajo y cumplir con éxito la misión de preservar y renovar la riqueza de la danza folklórica española.