Ayer tuvo lugar en la sala de Postigo Abierto la actuación de la Compañía de Rosario Cárdenas. Creada en 1989 durante los inicios del periodo especial cubano, se nutre de artistas vocacionales que encuentran en la danza, tan arraigada en Cuba que es una potencia mundial en su variedad y calidad de ritmos musicales, su modo de expresión más querido.
Cuba ha conocido tiempos más prósperos y en lo que a la danza se refiere está marcada por la estela de la gran coreógrafa y bailarina clásica Alicia Alonso. Ese estrellato la llevó por todo el mundo, y recuerdo haber visto hace muchos años su actuación en Giselle y en El lago de los cisnes en el teatro Campoamor de Oviedo.
Su labor ha sido un acicate en el sentido de que ofrece un nivel muy alto para emular en otros registros de la danza, como es la moderna que, deseosa de buscar su nivel por caminos tan diferentes, viene trabajando muy duro para sus logros. La compañía, bajo la dirección de Rosario Cárdenas, actuó con la presencia de seis bailarines (Yaima Santana, Dayler Álvarez, Dayana Montalvo, Ernesto Gonzáles, Yaddiel Espinosa y Yariel Espinosa) centrados en la expresión corporal que evidencia un trabajo de preparación muy intenso y convincente. Yo, como profana en el tema y como público encuentro un gran rupturismo en esta sala de Postigo Abierto que con anterioridad ya acogió otro evento que incluía bailarines y coreógrafos cubanos. Es un gran esfuerzo de los organizadores digno de mención.
Es un privilegio que esta pequeña sala situada en el Postigo Bajo de Oviedo, agrupe un público entregado y hasta el lleno total y haber podido disfrutar de las piezas «Brutal» y «Suite Combinatoria». Desde la visión inspirada en la pandemia reciente, del amor como exterminio físico, hasta la puesta en escena de una renovada mixtura de danza de ecos tradicionales cubanos, acompañados de músicas, con ecos a mi entender de Béjart, de Kraftwerk y tradicional cubana, nos congratulamos de haber tenido la oportunidad de disfrutar del evento y de poder coloquiar con los artistas y con la gran Rosario Cárdenas, reconocida figura internacional de la nueva danza cubana.
Fotos: Abdullah Nasser Bagnaf