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Sobre la Primera Bienal de Arte de San Claudio

            Bajo el pretexto de reivindicar la antigua Fábrica de Loza de San Claudio, restaurar aquellas olvidadas bienales CIUDAD DE OVIEDO y reclamar una sala de exposiciones municipal digna y con una programación coherente, lo hicimos y, creo, lo hicimos bien, pero tan solo porque contamos con el apoyo de un gran número de artistas que -desinteresadamente y con algo de heroicidad- se prestaron a participar.

            Francamente lo arriba indicado no era más que un pretexto, un mero aglutinante para aunar esfuerzos.  Como se ha visto no había necesidad de ello, pues la participación de artistas y público ha superado todas las expectativas.

            Pero no es momento de ponerse medallas, que no hacen falta, y sí de quitarse galones(1), que tampoco hacen falta. También de sacar alguna conclusión que, seguramente, por precipitadas sean erróneas, pero que siempre hacen falta(2):

            La primera de ellas es que se ha demostrado que el arte no ha de estar necesariamente amancebado por instituciones o por ese atribulado mercado, que no deja de ser una cruel invención, para sacar adelante proyectos que despierten interés y tengan calidad.

            La segunda es la pujanza del arte y de los artistas y su inquebrantable empeño en seguir creando arte, ese pequeño veneno que se lleva en la sangre, se obtenga o no reconocimiento estimado. Cabe recordar aquí que el arte no se construye en base de opiniones de comisarios, críticos, o historiadores, todos ellos(3) no son más que meros compiladores, normalmente interesados; ni con galerías(4) que son generadores de productos e inventores de mercados, normalmente interesados; ni tampoco museos o instituciones que no son más que meros conservadores o promotores, normalmente interesados. El arte lo construyen los artistas, con aciertos y con errores, ajenos a la calidad o al escalafón, que eso les viene impuesto, creyendo en lo que hacen y exponiéndose.

            Creo que estas dos conclusiones justifican sobradamente la realización de esta exposición, acción o cómo queramos llamarlo de la que no había necesidad pero que ha demostrado ser necesaria, como lo es también la necesidad de dar cabida

            Como decía Benjamín Menéndez en la presentación elegimos la Fábrica de loza de San Claudio porque representaba perfectamente la situación del arte actual. De alguna manera deberíamos tomar las riendas.

(1) De comisario me rebajo a mero coordinador pues fue lo que realmente hice.

(2) Seguramente en poco tiempo concluiré de otra manera y me reservo ese derecho.

(3) Vaya por mí esto, que no estoy libre de culpa.

(4) También vaya por mí, que no estoy libre de culpa.

Imágenes: VV.AA. (política de uso en Postigo Abierto)

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