El pasado 8 de abril tuvimos en Postigo Abierto un evento triple al que llamamos Kailo, nombre con el que se conocen una pieza de danza creada por Yoshua Cienfuegos y el libro que surgió a consecuencia de ella.
Cierto es que que el libro ya se había presentado dos veces en Asturias: en la biblioteca de La Granja del Campo San Francisco de Oviedo y en Bárzana de Quirós, población emocional y personalmente vinculada con el coreógrafo.
Nuestro paso más allá consistió en proyectarlo en Postigo Abierto en un acto en el que, además, contamos con la presencia de Cienfuegos con el que tuvimos una amena y distendida charla.
La proyección es la grabación de la función que Yapadú Producciones puso en pie en el Teatro de la Rambleta de Valencia y que tiene como protagonistas a Minor Chaves como Kailo y a Nando Pascual como Otto. No ha habido fuera de la comunidad valenciana oportunidad de ver este espectáculo, de ahí el valor de la grabación y el interés en poder visionarlo.
El video no recoge toda la magia de la función en directo porque es imposible. La potente presencia de la proyección audiovisual que acompaña a la danza y que hace real la percepción de estar dentro de una caja de cartón (tal y como le ocurre al protagonista de la obra) no se percibe de la misma manera. De ahí la importancia de marcar las diferencias entre las artes escénicas en vivo y el audiovisual, con otro lenguaje, otros medios y otros recursos.
Sin embargo, al igual que ocurre con las ya tradicionales retransmisiones en streaming desde los grandes teatros del mundo (el Royal Opera House y el Teatro Bolshoi lo hacen ya con mucha frecuencia) no hay que tener miedo al formato audiovisual cuando el objetivo es llegar al mayor número de público posible. Sobre todo en la danza, donde la reprogramación no resulta habitual y no todo llega a todos los sitios.
Destaca en Kailo la potente presencia del bailarín que lo recrea (Minor Chaves) capaz de romper incluso la barrera audiovisual. Este costarricense (miembro estable de la compañía Cienfuegos Danza desde hace mas de 20 años) tiene como característica la entrega total en el escenario y su altísimo nivel técnico e interpretativo, cualidades que le permiten penetrar en la piel y la emoción del que lo ve actuar aunque sea con una pantalla de por medio.
Reivindicar esos valores humanos de la danza en España es también una necesidad y una justificación para proyectar este y otros trabajos de danza.