Hoy me toca hablar de mi admirada Dana Raz.
Dana Raz es una valiente y arriesgada coreógrafa y bailarina que, por amor, cambió el paraíso de la Danza Contemporánea por el desierto asturiano.
Dana (Israel 1985) formó parte de la compañía Kibutz Contemporary Dance Company, una de las dos compañías más emblemáticas de la danza israelí.
Llegó a Asturias para iniciar la construcción de sus proyectos personal y profesional con una idea clara en la cabeza: si se pudo hacer en un Kibutz, se puede hacer en Asturias.
Y ahí ha estado en los últimos 10 años creando piezas de danza y una compañía con sello propio: Dana Raz Dance Project
Quiero mencionar sus hitos para ponerlos en valor:
11 producciones creadas en Asturias por donde han pasado multitud de bailarines asturianos que han visto una oportunidad cierta y real de trabajar en su casa.
4 proyectos de formación con los que ha acercado a Asturias a lo mejor de la danza contemporánea (en los tres años del Intensive Contemporary Dance Project del que tuve la suerte de formar parte, coreógrafos como Thomas Noone, Iratxe Ansa, Igor Bacovich, Yoshua Cienfuegos, Sharon Freedman, Dor Mamalia, Oryan Yohanan, Nico Mónaco, etc) han dejado aquí parte de su legado y sus conocimientos )
Y como es una mente inquieta en seguida se inventó su formación online para mantenerse activa en la pandemia.
Ayer en el CPI de Lugones puso en acción una de sus últimas creaciones llamada «El campo de las estrellas», una producción para 4 bailarines con su sello inconfundible de potente fisicalidad y minuciosidad, un sello que ha marcado un antes y un después en la escena contemporánea asturiana. Un trabajo (como los otros 10 anteriores ) que brilla con luz propia aunque no se pueda ver en muchos de los teatros asturianos.
Desde este humilde blog quiero reivindica una vez más la presencia de la danza en los escenarios, de toda la danza, pero si está hecha aquí y se da oportunidades a creadores y bailarines que viven y dejan su sudor y sus impuestos en las salas de ensayo asturianas, pues mejor que mejor.
Y ya que estamos, si en vez de racanear los cachés hiciéramos números, los programadores y gestores de los teatros públicos deberían saber que una producción de danza para 4 bailarines con música original y diseño de escenografía, iluminación y por supuesto coreografía, contando las horas de montaje y ensayo, altas de bailarines/ trabajadores, pagos de seguros de responsabilidad civil y servicio de prevención de riesgos no se puede comprar por menos de 4000 € para que a la empresa/ compañía que ponen en pie este y otros tantos espectáculos pueda mantenerse dentro de esta Industria Cultural tan poco reconocida y sin embargo tan utilizada en las campañas electorales presentes, pasadas y futuras.