Según los Medios, Blanco sí que «la lió parda» en el festival de San Remo, aunque la realidad más bien muestra cómo de un problema se puede conseguir una oportunidad.
Los auriculares del joven cantautor y rapero italiano sufrieron evidentes problemas técnicos que manifestó en varias y ocasiones y que, como no se solucionaban, decidió aprovechar para llevar al extremo la «coreografía» de su tema «L´isola delle rose» y destrozar la escenografía ante la sorpresa del público, que le abucheó.
Los Medios, necesitados de carnaza que atraiga a toda esa gente que van dejando atrás producto de un cambio de época y hábitos que se niegan a admitir, le dedican espacio en sus informativos y magazines, dirigiendo la mirada hacia el exceso de un niñato malcriado o incluso como a una actuación condicionada por alguna sustancia.
Pero lo la realidad muestra tres certidumbres: los evidentes problemas técnicos, la repetición (exagerada, sin duda) de violencia coreográfica que también se puede ver en el video oficial del tema (en el que el cantante también se comporta violentamente pateando y destrozando las rosas), y que el italiano ha seguido la máxima de que se hable de uno aunque sea mal, y está consiguiendo una considerable labor mercadotécnica de la que hoy se benefician tanto él como el festival.
En una época en la que la ingeniería social está dejando en juego de niños a la propaganda que en su día manejó Goebbels, no me causa ninguna sorpresa este caso. De hecho, reconozco que lo único que me interesa por llamativo y como persona curiosa que soy, es conocer la razón del artista para llevar puesta al revés una faja lumbar ortopédica, como se puede ver en la actuación del festival. Llamadme raro.